Las tinieblas no son nada por sí mismas, son la ausencia de luz y Jesús es la Luz de los hombres, cuando Él llega desaloja toda tiniebla. La maldición es la ausencia de bendición. Debemos traer la bendición de Jesús a este país para que las tinieblas sean disipadas. No es tiempo de quejarnos sobre la situación que está pasando en Venezuela, sino de traer la bendición de Dios sobre nuestro país.

El que solo sabe consumir siempre será esclavo del que produce, debemos dar sin esperar recibir nada a cambio. Hagamos que Venezuela regrese al diseño que Dios tiene para este país.

La bendición de Dios no responde a los acontecimientos externos, responde a su propia Palabra. Lo único que puede revertir una maldición sobre este país es la Palabra de Dios. Comencemos a manifestar la bendición de Dios sobre nuestro país predicando el mensaje de Jesús.

Si no estás en bendición es porque crees más en lo externo que en lo que Dios ha dicho. Esa bendición está sobre cada cristiano porque todos creen en Jesús, pero no accionan esa Palabra.

Dios siempre te quiere bendecir, los que escogemos hacer el mal somos nosotros, entonces cuando vemos maldición es porque nosotros mismos nos alejamos de la luz de Jesús. Recordemos que la luz de Jesús está sobre nuestras vidas y que quiere bendecirnos. Resalta las bendiciones que Dios te ha dado, en vez de enfocarte en lo que no tienes.

Vivir en victoria no es que siempre todo salga bien, es resaltar lo bueno, aunque estés en dificultad. La adversidad no debe ser lo más importante, porque la Luz de Jesús en tu vida tiene más poder que las tinieblas.

Dios es tan bueno que bendecirte, Él ama hacerlo y además disfruta cuando recibes su bendición, como un padre se alegra por su hijo. Dios te equipa para tu bendición, si Él te mandó a hacer algo, te va a proveer para ello. Dios sabe lo que necesitas, allí está tu bendición, aunque muchas veces no es lo que quieres. Tu bendición está en lo que Dios te da.

Dios muchas veces va a decidir bendecirte en las áreas donde tienes más carencias, en las áreas que ni tú mismo crees que puedes ser bendito. Muchos están en maldición porque creen que no pueden recibir. Cuando le pides a Dios, Él te pedirá para que puedas abrir la mano y recibir. Quien tiene su mano cerrada para dar, tampoco podrá recibir. Abraham no le negó su hijo a Dios y Él no le negó su Hijo a la descendencia de Abraham.

La bendición de un hombre no está en lo material que Dios te pueda dar, aunque te lo dé. La bendición verdadera está en tener un corazón para servir a Jesús durante toda tu vida. Isaac deseaba más tener el corazón y la fe de su padre Abraham, esa la verdadera bendición, que es eterna más que cualquier bien material. La bendición de Dios sobre tu vida está en creer en su Palabra, creer que saldrás adelante porque Dios ya lo dijo, pues Él hace con su mano lo que dice con su boca.