Bukele comienza su segundo mandato en El Salvador como el presidente más popular de la región –según una encuesta realizada en septiembre pasado–, como un modelo de seguridad para la derecha latinoamericana por su guerra contra las pandillas, y como el foco de serios cuestionamientos de organismos de derechos humanos por su deriva autoritaria y por los abusos de su estrategia de seguridad. Al desafío de que estas críticas no hagan mella en sus altos niveles de aprobación se sumará el reto económico, en un país con un 30% de pobres y donde el costo de vida es la mayor preocupación de la sociedad. Cómo viven los salvadoreños la estrategia de seguridad que se hizo popular a nivel regional y qué dicen los especialistas sobre los desafíos para este nuevo periodo.