Mucho antes de que naciéramos, Dios ya se había fijado en nosotros y decidió llamarnos a salvación y para servirle. Este llamamiento marca nuestras vidas, les da sentido. Valora todo lo que hacemos en ella: relaciones, ocupación, administración de nuestros recursos, lugares para vivir, etc. Gaxiola nos anima a considerar las características de los elegidos y nos propone vivir en conformidad con nuestro llamamiento si queremos vivir plenos y de manera trascendente.