Duración: 52 minutos | Año: 2007 | Productor Ejecutivo: Orlando Rodríguez | Director de Fotografía: Andrei Duran | Editor: Gustavo Codella | Asistente en edición: Eugenia De Rossi | Sonido, Música y Dirección: Sergio Iglesias.


La fabrica parece virtual aunque su actividad se encuentre diseminada por todo el país; abarca desde las escuelitas de fútbol hasta los grandes clubes, incluye a niños y jóvenes con toda clase de sueños deportivos, a padres desocupados que sueñan a través de sus hijos, a talentos y no talentos, también cazatalentos, incluye a entrenadores, árbitros, representantes, técnicos y seleccionadores.

La fábrica no puede explicarse por sus componentes sino por sus interacciones. Es por esto que la película toma en cuenta las interacciones y dinámicas entre las distintas partes de la fábrica y las transita proponiendo un relato de carácter informal (como no formal, no como “sin forma), no lineal, basándose en la observación de las actividades más que en el testimonio directo de los protagonistas.

La apuesta a priori fue muy específica: hablar del fútbol infantil sin mostrar a los infantes. Esta decisión afecta y determina la puesta de cámara; el encuadre recorta el cuerpo de los chicos y, en contraposición, el relato se orienta a la captación de las miradas sobre esos chicos, siempre evocando un fuera de campo; el seguimiento ciego de un juego que no se puede mostrar.

El relato descubre que la acción de observar es clave para la Fábrica. Y el recorte sobre el cuerpo también. El futuro deportivo de esos chicos depende de la evaluación de muchas miradas que están concentradas principalmente en la sumatoria de capacidades físicas.

¿Cuánto nos cuesta fabricar una estrella de fútbol?

Para responder esto la película se concentra en el mundo que rodea a los chicos que empiezan el camino para llegar a jugar en primera y apunta más a la comprensión global que a la predicción exacta de una respuesta, ligando el objeto a su entorno, el fenómeno observado al sujeto observador.

El fútbol no es aquí un espectáculo. Es un sueño, un examen, un trabajo, catarsis, distancias y sobre todo incertidumbre, con chicos que ya no tienen álbumes ni coleccionan figuritas, en una Argentina poco industrial pero gran exportadora de estrellas futbolísticas.

/texto para prensa: Eugenia De Rossi /