El registro fotográfico del día 28 de mayo de 2023 captura un momento lleno de nostalgia y significado para la Iglesia Evangélica Pentecostal de Los Angeles. Este día, la membresía de la iglesia se reunió en un lugar especial, La Casona de Doña Lucia, situada en un idílico entorno campestre. Fue una tarde en la que el tiempo parecía detenerse y cada momento quedaba impregnado en la memoria de aquellos que estuvieron presentes.

La comunión cristiana adquirió un matiz especial en aquel lugar. Compartimos no solo el alimento terrenal, sino también el alimento espiritual, fortaleciendo nuestros lazos con Dios y entre nosotros. El sonido de las alabanzas y los cánticos resonaba en los amplios espacios del lugar, envolviendo nuestros corazones en una profunda sensación de paz y unidad. Era como si la presencia divina se manifestara en cada nota musical y en cada palabra pronunciada.

Compartimos algunos archivos de fotos, tesoro visual de los recuerdos compartidos a lo largo de los años, nos llevaron de vuelta a momentos pasados. Imágenes y videos en vivos colores nos transportaron a eventos y celebraciones pasadas, recordándonos los rostros sonrientes, las risas compartidas y las bendiciones recibidas. Cada fotografía contaba una historia única, y con cada mirada nostálgica, el pasado cobraba vida de nuevo en nuestras mentes.

En medio de aquel ambiente tan especial, nuestro pastor Samuel Carrasco nos guió a través de la lectura de la Escritura en Isaías 58:11. Sus palabras resonaron en nuestros corazones, enfatizando la hermosura de ser pastoreados por nuestro Dios y de convertirnos en un huerto de riego.
Las palabras de Isaías 58:11 se convirtieron en un faro de esperanza y consuelo en ese momento de comunión. Recordamos las palabras del profeta que proclamaban:
"Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan".

La figura de Dios como nuestro pastor amoroso y fiel nos brindó una sensación de seguridad y protección. Nos recordó que en los tiempos difíciles, en las sequías de la vida, Él saciará nuestras almas y nos dará fuerza para seguir adelante. Éramos invitados a ser como un huerto de riego, un lugar fértil y fructífero en el que las aguas nunca faltan.

Pero no solo nutrimos nuestros espíritus, también compartimos ricas cosas dulces. Mesas adornadas con delicias caseras nos tentaron a probar cada bocado con gratitud y deleite. Los sabores evocaban no solo sensaciones gustativas, sino también emociones y memorias compartidas.
Todo lo vivido ese día se realizó en la más hermosa comunión. Cada sonrisa, cada abrazo, cada palabra de aliento, se entrelazaron en un cálido abrazo espiritual. En aquel lugar de campo, rodeados de naturaleza exuberante y de la presencia de Dios, la Iglesia Evangélica Pentecostal de Los Angeles escribió un capítulo más en su historia de fe y fraternidad.

Este registro fotográfico quedará para el recuerdo, capturando la esencia de aquel día lleno de nostalgia. Cada imagen evocará no solo la belleza visual de aquel encuentro, sino también las emociones profundas y los lazos indelebles que se forjaron en el corazón de cada persona presente. Con gratitud, miraremos hacia atrás y encontraremos en estas fotografías
una fuente de inspiración y aliento para seguir avanzando en nuestro caminar de fe.

Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a Dios por concedernos este precioso momento de comunión cristiana, que nos transporta a la esencia misma de la iglesia primitiva.

Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a nuestro querido pastor Samuel Carrasco y su esposa, hermana Yasna Hernández, por su invaluable labor pastoral y su inquebrantable liderazgo. Vuestra guía espiritual y apoyo incondicional han sido una bendición incalculable para nuestra iglesia.También queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a cada uno de nuestros amados hermanos y hermanas cuya cooperación desinteresada hizo posible este evento memorable.
Vuestra dedicación y servicio ejemplar, realizados con un corazón dispuesto, reflejan nuestro compromiso de hacer todo como para el Señor, en conformidad con la enseñanza de la Escritura.
Vuestra labor en equipo y espíritu de generosidad han dejado una marca perdurable en nuestros corazones. Vuestras contribuciones, grandes y pequeñas, han sido importantes para el éxito de esta tarde de comunión cristiana.
Desde aquellos que prepararon los alimentos con esmero, hasta aquellos que se aseguraron de cada detalle, vuestra entrega ha sido evidencia de vuestro amor por el Señor y por nuestra Iglesia en Los Angeles.

A Dios sea toda honra, gloria y alabanza para siempre.

AMÉN

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
Salmo 133:1