Desde el punto de vista antropológico, la adivinación se considera una práctica muy difundida y variada. En un contexto religioso, su ejercicio suele adoptar un carácter formal y colectivo; pero también puede desarrollarse de manera más libre como una práctica cotidiana para fines personales.

En Mesoamérica, la adivinación era un componente central de la vida religiosa. Muchos dioses mexicas, incluidos los dioses creadores centrales, fueron descritos como adivinos. El Códice Borbónico muestra a la pareja humana original, Oxomoco y Cipactonal, dedicada a la adivinación con granos de maíz. El nombre de Tezcatlipoca significa "espejo humeante", precisamente uno de los objetos utilizados para la adivinación. En el Popol Vuh de los mayas, los dioses creadores Xpiyacoc y Xmucané realizan lanzamientos adivinatorios de manos durante la creación de personas. Después de la Conquista, las prácticas adivinatorias mesoamericanas continuaron (bajo persecución y tildadas de paganas) y convivieron con otras traídas por los europeos. Basta señalar, para darse una idea de la vigencia y popularidad de la adivinación, que una de las responsabilidades de los catedráticos de astrología en la universidad novohispana (fundada en 1637) era publicar pronósticos anuales.

En esta mesa, coordinada por el arqueólogo Leonardo López Luján, miembro de El Colegio Nacional, se explorarán las formas en que se trataba de anticipar el futuro en el México antiguo. Participarán Guilhem Olivier del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, Eduardo Matos Moctezuma, miembro de El Colegio Nacional, Florencia Scandar y Erik Velásquez, ambos adscritos al Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, y Antonio Rubial, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Viernes 21 de octubre

El futuro en el pasado: adivinación y anticipación en el México prehispánico y virreinal | VII ELS

Coordina y participa:

Leonardo López Luján

Miembro de El Colegio Nacional

Museo del Templo Mayor