El Monasterio de Santa María da Vitória más conocido como Monasterio de Batalha, por la localidad de Portugal en la que se ubica,
Es un ejemplo tradicional de la arquitectura gótica tardía portuguesa, o estilo manuelino, y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fue elegido como una de las Siete Maravillas de Portugal.
Mandado edificar en 1386 por San Nuno de Santa María y el rey D. Joao I de Portugal, en agradecimiento a la Virgen por la victoria contra los castellanos en la batalla de Aljubarrota.
Vinculado a la Orden de Santo Domingo, el monasterio fue construido a lo largo de dos siglos, durante el reinado de siete reyes de Portugal.
Requirió los esfuerzos de quince arquitectos, Se utilizaron estilos artísticos y técnicas que eran desconocidos hasta ese momento en Portugal.
Portada
La portada, construida en 1509, muestra en la arquivolta una profusión de 78 estatuas, repartidas en seis filas, de reyes y reinas del Antiguo Testamento, profetas, santos y ángeles, algunos con instrumentos musicales medievales. En las jambas se representan a los doce apóstoles,

Interior
En planta de cruz latina, la iglesia revela el apego a la tradición del gótico mendicante portugués. Se trata de un templo de 3 naves, con transepto pronunciado y cinco capillas en la cabecera,
La iglesia posee 80 m de longitud, 22 m de ancho y una altura máxima de 32,5 m.
El templo sólo difiere de sus congéneres más antiguos en el hecho de ser completamente abovedado, y de mucho mayor tamaño. Con ocho tramos, marcados por una arcada longitudinal.
Los pilares de las naves son polistilos y de gran espesor, siendo cada columna adosada, ininterrumpida desde la base hasta el capitel, sin ninguna marca de cornisa, siendo esto válido también para las columnas medias que sustentan los arcos torales de la nave central.
El ábside parece ser de terminación posterior, con su arco triunfal angrelado, pudiendo igualmente considerarse dos fases de trabajo en las capillas laterales. En la zona de las dependencias claustrales es posible que los trabajos hubiesen avanzado más rápido que en el cuerpo del templo.


Capela do Fundador
Se trata de una construcción situada a la derecha del templo, Tiene planta cuadrada, en la cual se inscribe en el centro un octógono, que se desarrolla en volumen hacia arriba, hasta el nivel del segundo piso.
En el centro está el enterramiento de João I y su esposa Filipa de Lancaster, con túmulo doble octogonal sobre leones, en el que los reyes unen sus manos. Él rey está ataviado con armadura y porta una espada. Ella lleva manto y una Biblia. Alrededor hay tumbas de otros miembros de la familia real.
la luz procede de las vidrieras de la fachada y de las ventanas de dos luces existentes, que incide particularmente en el centro del monumento, donde se levanta el mausoleo de los reyes.

Claustro real
Cada galería tiene siete grandes arcos apuntados. Sus complejas tracerías llevan motivos vegetales y emblemas reales del rey Manuel I.
Se puede considerar fruto de la fusión entre formas góticas puras con manuelinas.

Sala Capitular
Tiene planta cuadrada, a la que se accede por una gran puerta ojival flanqueada por los lados dos por ventanas góticas con ricos capiteles, que describen diferentes pasajes de la vida de la Virgen.
llama la atención su excelente bóveda estrellada
En una de las ménsulas aparece representado el cantero artífice de estas obras. Son también destacables sus vidrieras.
Hoy en día contiene la tumba del soldado desconocido en honor a los soldados portugueses muertos en la Primera Guerra Mundial. Está constantemente vigilada por soldados del ejército portugués.

El claustro de Alfonso V
El llamado claustro de Afonso V fue realizado entre 1448 y 1477.
Es de planta cuadrada, de estilo gótico de gran sencillez y austeridad, aunque tiene el valor de ser el primer claustro portugués compuesto por dos pisos.
El inferior lleva arcos apuntados sobre columnas pareadas, mientras que el superior es más sencillo aún: columnas que soportan dinteles de madera bajo las sobrecubiertas.

Capelas Imperfeitas
El panteón del rey Duarte, también conocido como Capelas Imperfeitas (capillas Inacabadas) fue diseñado teniendo en cuenta una lectura del testamento de Juan I, que optó por crear su propio espacio funerario.
Se trata de un edificio con un cuerpo central octogonal anexo al coro de la iglesia, y al que sólo se puede acceder desde el exterior, por una entrada por el eje, a la salida del cual se disponen siete capillas radiantes.
Las capillas existentes se abren al recinto a través de grandes arcos apuntados angrelados, poseyendo cada una de ellas un coro recto y un techo prismático de tres caras, con un solo ventanal de dos luces en cada cara y cubierta de bóveda nervada.
Sin embargo, el espacio central quedó sin cubierta y así ha permanecido hasta nuestros días.
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