Las quedadas de los Artilleros de Medina del Campo nacieron en el corazón. Mucho antes de que estas se convirtieran en los encuentros entre antiguos compañeros y familias que son actualmente, ya soñábamos con que llegara el día en que pudiéramos reunirnos para recordar los momentos tan memorables que vivimos tanto en el Cuartel Militar Marqués de la Ensenada como en las calles y establecimientos de la hermosa localidad que lo circunda. Medina. Siempre Medina.

Al principio, antes de que se constituyeran los grupos en las redes sociales, las quedadas acostumbraban a ser bastante discretas. Eran días en los que los antiguos artilleros, acompañados de algún miembro de nuestra familia, observábamos el cuartel desde fuera, soñando con volver a recorrer su interior algún día. Recordando estos momentos resulta aún más sorprendente que las circunstancias hayan cambiado tanto durante los últimos años. Y es que desde entonces no sólo hemos podido visitar nuestro querido cuartel, sino que cada vez hemos conocido a más y más compañeros. En nuestra última quedada, por ejemplo, fueron alrededor de 80 personas las que decidieron acompañarnos. Todo un hito que, desde luego, no habría sido posible sin el apoyo de la Subdelegación de Defensa en Valladolid y del Ayuntamiento de Medina del Campo.

Las quedadas nacieron para reivindicar la conservación del Cuartel Militar Marqués de la Ensenada, y por supuesto para mantener vivo el recuerdo de las personas que en él cumplieron sus obligaciones como ciudadanos españoles. Con el paso del tiempo también se han convertido en símbolo de nuestra amistad, en una magnífica oportunidad que cada año nos invita a seguir creando lazos de unión que renuevan nuestro propósito.

Muchas gracias a todas aquellas personas e instituciones que están a nuestro lado, y que con su colaboración han hecho posible que pudiésemos soñar despiertos. También a todos los compañeros y amigos que vienen desde diversas partes del país y los que nos acogen en Medina con tanta generosidad, y de una forma muy especial y sentida a aquellos que un día abandonaron este mundo para emprender su viaje a otro lugar, estamos seguros de que allí donde estén siempre mantendrán encendida la llama que vibra en cada uno de nuestros reencuentros.

¡Artilleros, marchemos siempre unidos!