Hace más de cuatrocientos años que se vivió una epopeya en lo que ahora es la ciudad de San Luis Potosí. La fusión de un tiempo arcaico y un tiempo nuevo. Una ciudad con el rostro de su historia labrada en piedra, en sus tradiciones y costumbres y en el vasto patrimonio cultural al que se suma la magistral arquitectura de sus templos y edificios.

En la época novohispana el hallazgo de minas de oro y plata en esta región generó la migración de españoles e indígenas mesoamericanos y se hizo necesaria la fundación de asentamientos, por lo que en 1592 se erige la población de San Luis Minas del Potosí de la Nueva España, siempre observando al pasado y mirando al futuro.

El espíritu de quienes forjaron esta urbe está labrado en piedra que es también memoria viva de la comunidad. Así San Luis creció como una flor de piedra en el extenso valle.