“Cuando Carlos Llano ingresó al salón de la fama del empresario mexicano, la ceremonia fue muy elegante y le regalaron una botella de un vino muy especial. Cuando me acerqué a felicitarlo, con su característica y elegante brusquedad, me regaló la botella de vino. Más tarde yo le envié un par de botellas de otro vino y me respondió: ‘Saliste perdiendo’. Esos detalles con las personas son lo que realmente lo hacía alguien especial. Por eso, todos los que lo conocimos tenemos un recuerdo muy cálido de él”.

Carlos Ruiz González, profesor del área de Políticas de Empresa.

“Recuerdo esa anécdota donde a Carlos Llano le tenían que sacar unas fotografías para una revista y había detrás de él unos colaboradores pintando y haciendo labores de mantenimiento. Cualquier persona los habría quitado, pero él los llamó y les pidió tomarse una foto con él mientras trabajaban. Eso era lo distinto de Carlos, observaba a las personas, pero entendía el modelo de negocio y cumplía el objetivo sin dejar de lado a nadie; es por esa razón, en el mundo empresarial lo valoraban mucho”.

Ricardo Murcio Rodríguez, profesor del área de Factor Humano y Empresa-Familia.

“Yo era fan de Carlos Llano. Estábamos en una comida y se me ocurrió felicitarlo en público, que era algo que no le gustaba, por lo que me regañó. Yo me desanimé mucho porque mi intención no era perjudicarlo. Después entendí que si alguien te celebra es porque no te quiere, pero en el momento no entendí esa posición. Más tarde me fue a buscar y se disculpó por llamarme la atención de esa manera. Eso habla de su grandeza y de su humildad”.

Nahum De la Vega Morell, profesor del área de Factor Humano y Empresa-Familia

“Me acuerdo de una anécdota en done Carlos Llano, en una clase, estaba platicando sobre el caso de un director de empresas que no estaba funcionando bien, y uno de los alumnos dijo que había que correrlo. Entonces Carlos le indicó que saliera del salón, y cuando estaba por hacerlo le dijo que se sentara, que sólo lo hizo para que entendiera lo que se sentía.

Ernesto Moya Pedrola, egresado de la primera generación del Full-Time MBA (MEDE).

“Yo tenía poco de haberme incorporado al IPADE y estábamos en uno de los claustros. Iba en calidad de asistente. Me crucé con él y me dijo que éramos personas contrarias, porque yo era ‘Picos’ y él ‘Llano’. Se fue con una carcajada por el desconcierto que me había provocado; eso expresaba mucho de su forma natural de ser”.

Arturo Picos Moreno, profesor decano del área de Factor Humano y Empresa-Familia.