La neumonitis y la neumonía aspirativa son causadas por la inhalación de sustancias tóxicas o irritantes, como secreciones bucales o contenido gástrico, hacia los pulmones.
Estas condiciones pueden provocar neumonitis química, neumonía bacteriana, absceso pulmonar u obstrucción de las vías aéreas, con síntomas de tos, fiebre, disnea y molestias torácicas.
El diagnóstico se basa en la presentación clínica y los resultados de la radiografía de tórax, que pueden mostrar infiltrados, cavitaciones o derrames pleurales.
El tratamiento depende de la sustancia aspirada y puede incluir antibióticos, oxigenoterapia, ventilación mecánica o drenaje de las lesiones.
La prevención de la aspiración implica evitar las sustancias tóxicas, optimizar la higiene bucal, evaluar y tratar los trastornos de la deglución y elevar la cabecera de la cama en los pacientes con alteración de la consciencia.