Los primeros cristianos nunca vivieron en confusión, pues eran dirigidos en el Espíritu en cada decisión que tomaban. Sin embargo hoy la mayoría de nosotros nos perdemos lo sobrenatural de Dios porque vivimos en un mundo natural y damos por hecho que lo que no podemos ver simplemente no existe. Pero si abrimos los ojos y oídos al Señor, sabremos que el mundo espiritual es más tangible y palpable que el propio mundo natural y sobre todo entenderemos que cuando Él nos llena de Su espíritu, es para que seamos activos y operemos en lo sobrenatural, de forma tal que nuestra transformación y nuestros dones sean de bendición para otros. Un mensaje que te invita a vivir en el Espíritu.