Nadie como la Cofradía del Cristo de los Favores es capaz de representar de una manera tan impactante el momento de la muerte de Cristo en la Semana Santa de Loja. Todo es de un impresionante recogimiento, envueltas las calles en penumbra entre la que avanza silencioso el cortejo de cirios y faroles. Desde el horizonte, el Cristo de los Favores va ganando poco a poco envergadura con cada paso que avanza, llenando las retinas de la misma manera que sobrecoge al corazón. Siempre constante el bronco tañir de los Tambores Negros, los mismos que quedarán rotos al finalizar la dramática madrugada. De vez en cuando, se oyen las carracas y la voz profunda del postor mandando andar o parar a los horquilleros. Y los Incensarios cantando el Misterio de la Pasión y la Muerte de Cristo, al ritmo de las navetas y las cadenas, dejando una nube de incienso sobre la que camina el paso de los Favores.